sábado, 17 de diciembre de 2016

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO CIERRA LA PROGRAMACIÓN PARA EL TERCER CUATRIMESTRE DE 2016 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (20 DE DICIEMBRE) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE EL IMPULSO SOLIDARIO AQUÍ Y AHORA (DEL “APOYO MUTUO” MÁS ALLÁ DE ESENCIALISMOS Y COMPETENCIAS)

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Resultado de imagen de El Roto sobre solidaridadEl Martes, 20 de Diciembre de 2016, a las 19’30 horas,  en el Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), se desarrollará la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” que, como cierre de la Programación del tercer cuatrimestre, abordará el tema «La filosofía ante el impulso solidario aquí y ahora: Del “apoyo mutuo” más allá de esencialismos y competencias». La sesión se plantea como reflexión general y concreta que, partiendo por ejemplo de la visión de la vieja Europa, cuna de las mejores revoluciones, de los mejores valores, de las más asentadas democracias, poniendo barreras físicas y administrativas a cuantas poblaciones buscan refugio en ella, restringiendo incluso el derecho de libre circulación por el llamado“espacio Schengen” a cualquier avalancha de refugiados que se considere demasiado tumultuosa, por muy benemérita que pueda parecer… ¡Mal negocio ha sido siempre necesitar la solidaridad del otro, pero hoy lo es mucho más!. Las presiones del refugio económico ante un mundo profundamente injusto en el reparto de la riqueza, han convertido en papel mojado cualquier normativa sobre asilo que pudiera acercarse siquiera mínimamente a algo parecido al “apoyo mutuo” entre poblaciones, incluso en los países de mayor tradición, como Francia o Estados Unidos... La placa de bronce que se añadió en 1903 a la Estatua de la Libertad con el final del soneto de de Emma Lazarus ya parece haber perdido todo sentido: «"¡Guardaos, tierras antiguas, vuestra pompa legendaria!" grita ella./  "¡Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres./ Vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad./ El desamparado desecho de vuestras rebosantes playas./ Enviadme a estos, los desamparados, sacudidos por las tempestades, a mí!./ ¡Yo elevo mi faro detrás de la puerta dorada!"»... Hoy ya nadie, persona o institución, parece estar dispuesto a abrir puertas doradas ante quien necesita refugio y solidaridad en este mundo.
Resultado de imagen de El Roto sobre solidariosPero, además, el propio tratamiento que en el mundo económicamente desarrollado (y subdesarrollante) se está dando a derechos elementales para la convivencia cotidiana, como por ejemplo la educación o la salud, los convierte en meros medios para fines externos a la propia ciudadanía que recibe (o no) los servicios que los articulan, lo que, en la práctica, constituye su negación como derechos y su conversión en bienes en el mercado. En realidad, su consideración como derecho es indisociable del carácter universal, igualitario y gratuito del servicio correspondiente, es decir de su gestión y prestación públicas, independiente de cualquier condición individual de las personas destinatarias (clase social, sexo, creencia religiosa, ideología política, práctica sexual, etnia, etc.). Lo contrario supone dejar la educación y la salud al albur de la iniciativa privada y del devenir de los mercados de servicios, e implica convertir, en la práctica, el nivel de acceso posible de cada cual a las prestaciones educativas y sanitarias en un bien patrimonial más que se añade a sus posesiones (vivienda, electrodomésticos o vehículo) como símbolo de status. O sea, una sociedad bajo el principio de “quien quiera salud o educación, que se la pague (si puede y en la medida que pueda y quiera)” que se proyecta en las tensiones privatizadoras que sufren estos derechos básicos marcando el camino, en primer lugar, hacia su ya citada disolución como tales, y, por añadidura, hacia el continuo deterioro de la calidad democrática de nuestros sistemas políticos...
Resultado de imagen de El Roto sobre solidariosY, sin embargo, una situación como la actual, en la que (crisis/estafa por el medio) cualquier derecho básico, es potencialmente recortado y relegado ante los “intereses superiores” de ese ente difuso que se ha dado en llamar “los mercados”, derivando incrementos constantes de una injusticia distributiva del bienestar que ya era insoportable, parece haber generado algunas respuentas ciudadanas que apuntan pasos materiales hacia un mundo más humano caracterizado por una suerte de retorno a viejas prácticas del apoyo mutuo (sí, aquel que ya en 1902, El Apoyo Mutuo: Un factor de la Evolución, Piotr Alekséyevich Kropotkin señalaba como clave etnológica frente a los delirantes discursos del darwinismo social), de la solidaridad entre iguales que, al margen de la tutela del Estado, tratan de recuperar una concepción colectiva del bienestar.
Y, sin embargo, el discurso oficial y el imaginario dominante sigue imponiendo fortalezas, cerradas a cal y canto para tantas gentes desamparadas como respuesta al devenir contemporáneo del llamado conflicto Norte/Sur, que supone que sobre las bases plurinacionales que dieron lugar a la constitución de los Estados modernos, hace poco más de dos siglos, y la polietnicidad derivada de sus prácticas colonialistas a lo largo del siglo XIX, se van multiplicando hoy en el mundo económicamente desarrollado (y subdesarrollante), el llamado Norte, las “presiones” del flujo migratorio (económico y político) masivo procedente del mundo económicamente subdesarrollado (y desarrollante), los países del llamado Sur… Porque este proceso va reconfigurando nuestras sociedades en una suerte (más bien desgracia) de multiculturalismo de la desigualdad sobrevenido que se añade al conflicto cultural propio de las sociedades complejas (con fenómenos contraculturales que rechazan y dinamizan la cultura dominante; con subculturas, como la rural, la femenina o la de las opciones sexuales minoritarias, que tratan de resistir y modificar el carácter urbano, masculino y heterosexual de la cultura hegemónica;…). Porque, mientras, la disolución del viejo conflicto Este/Oeste ha dejado expedito el camino hacia el poder real (y hacia los imaginarios colectivos que deriva) al neoliberalismo rampante, que, con su “discurso único” trata de legitimar las políticas de ajuste estructural  (en realidad, la transferencia al sector privado de toda actividad susceptible de ser convertida en negocio, bajo el principio de “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas –ya sea mediante la acción  residual de los Estados, cuando se trata de empresas o entidades financieras que ven frustrado su “afán emprendedor”, o, cada vez con mayor frecuencia e intensidad, de la mera solidaridad colectiva, cuando se trata de personas que ven precarizada su vida-“)… Y ello, supone,de hecho, en lo global y en lo local, actos y prácticas que violan sin recato los principios que articulan la mismísima Declaración Universal de los Derechos Humanos, desde la primera generación de esos derechos humanos (con quiebras evidentes del principio de libertad a favor del “imperio del más fuerte”), a la tercera (con quiebras del principio de solidaridad como éstas de las que hoy participan los gobiernos europeos ante los flujos de personas que huyen de la situación provocada en Oriente Próximo y Medio), pasando por la  segunda (con quiebras del principio de igualdad que suponen el desmantelamiento efectivo de los incipientes Estados del bienestar) Todo ello sucede, claro está, en plena crisis del concepto de Estado-nación, ya sin verdadera capacidad para administrar con la más mínima autonomía su territorio al estar en cuestión las propias ideas de Estado de Derecho, Estado Social de Derecho y el marco moderno de relaciones internacionales
Resultado de imagen de Forges sobre solidaridadUn lugar y una hora, en fin, donde las principales percepciones, actitudes y comportamientos ante “los otros” no pueden ya conformarse con una tolerancia discursiva al servicio del “juego de las alteridades” (por ejemplo, con los discursos y prácticas de la tolerancia cero que, en realidad, sirven para legitimar el incremento del control social sobre mentes y cuerpos). Y, por ello, debemos someter a crítica los propios procesos de construcción formal (normativa) de la tolerancia en nuestras sociedades, en cuanto se ven orientados por una concepción meramente mecánica (tolerancia como “desviación admisible de la norma”) al servicio de los intereses hegemónicos del mercado (como se ve nítidamente, por ejemplo, en propuestas viejas y nuevas ante la inmigración pluriétnica, como el llamado “contrato de integración”), que tratan de anular toda tentación de ese apoyo mutuo, de esa solidaridad entre iguales. Porque sólo así podremos contribuir al debate y la reflexión compartida sobre la moralidad y viabilidad humana de las consecuencias políticas y sociales (más allá del mero cálculo económico -“sólo el necio confunde valor y precio” diría Antonio Machado-), de ese apoyo mutuo como vía de resistencia material posible ante la sinrazón perpetuadora de la injusticia excluyente (que, por ende, es el caldo de cultivo más propicio para el odio, la violencia y el terror).
¿Cabe pues, aquí y ahora, en estas sociedades “desarrolladas”, el ensayo de soluciones simples (como el mero filtrado u obstaculización de los “flujos de la desesperación” que ahora practica la otrora acogedora y hoy descompuesta Europa con quienes huyen del hambre o el terror cotidianos, como la mera exclusión o la expulsión selectiva manu militari) para los conflictos derivados de la construcción histórica de colectividades complejas?...  La tentación excluyente en ese mundo globalizado e interconectado, que tanto gusta de publicitar  el pensamiento neoliberal, parece vana y absurda, pues, entre otras cosas, exigirá el continuo reforzamiento de esa manu militari (a la vez que se levantan muros cada vez más altos con “concertinas” cada vez más hirientes para los cuerpos desvalidos y los valores de la humanidad toda) que, ante la radical injusticia en el reparto mundial de la riqueza, resista por la fuerza la presión de los más desfavorecidos… ¿Es, más bien, la respuesta más adecuada aquella que, partiendo del (re)conocimiento del otro, busca la realización material de las condiciones objetivas para el desbordamiento de la alteridad en un pluralismo complejo capaz de entender y posibilitar la convivencia cotidiana a partir del impulso solidario que deriva en apoyo mutuo?... Y, ¿cómo hacerlo?.

Resultado de imagen de Forges sobre apoyo mutuoTodo ello será introducido, en sus aspectos conceptuales y básicos, y desarrollado por el propio coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro, que, como siempre, facilitará a las personas participantes un dossier de elaboración propia con documentación sobre el tema abordado, incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, artículos e informaciones de interés, chistes, etc.. Tras su intervención (e, incluso, durante la misma) habrá un debate general entre todas las personas presentes (recordamos que, en relación con este Foro se habrá proyectado ya, el jueves, 15 de Diciembre, en el Cine-Forum “Imágenes para pensar”, la película Amélie, 2001, de Jean-Pierre Jeunet). La sesión, se celebra en relación con el Día Internacional de la Solidaridad Humana  (20 de Diciembre) y tendrá lugar en el Aula 3 (Segunda Planta), con asistencia libre. 

domingo, 27 de noviembre de 2016

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO CONTINÚA LA PROGRAMACIÓN PARA EL TERCER CUATRIMESTRE DE 2016 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (29 DE NOVIEMBRE) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE LA PROPIA FILOSOFÍA ANTE EL ESPEJO AQUÍ Y AHORA (¿POR QUÉ, PARA QUÉ, DÓNDE, CUÁNDO, CÓMO, QUÉ FILOSOFÍA?) EN LA QUE PARTICIPARÁ SILVERIO SÁNCHEZ CORREDERA

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El Martes, 29 de Noviembre de 2016, a las 19’30 horas,  en el Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), se desarrollará la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” que, como continuación de la Programación del tercer cuatrimestre, an kbordará el tema «La filosofía ante el espejo aquí y ahora: ¿Por qué, para qué, dónde, cuándo, cómo, qué filosofía?». La sesión se plantea como reflexión general y concreta que, partiendo de la vivencia inequívoca de un tiempo mediático y simbólico (incluso pedagógico, al someter los sistemas educativos nacionales a vaivenes normativos interesados “en busca de lo útil”) donde lo aparente oculta y silencia lo esencial, trate de profundizar en este ascenso de la insignificancia (que diría Cornelius Castoriadis –Encrucijadas del Laberinto IV: El avance de la insignificancia.  1996-), y ver por qué hoy, en nuestras dramatúrgicas psudodemocracias con su ejercicio de representación convertido en “puro teatro”, parece recuperarse la idea de los viejos absolutismos (fue, al fin, el rector de la Universidad Complutense, todavía en Alcalá, quien dijo, ante el recuperado monarca Fernando VII, aquello de “¡líbrenos Dios de la funesta manía de pensar!”, que tanta carta de naturaleza cobrara luego en las soflamas fascistoides de ciertos generales franquistas en la postguerra) de que pensar resulta un estorbo (Forges dixit)… Porque, en efecto, en tiempos en los que Dios es el Mercado y la macroeconomía arrastra a las personas, bajo la sumisión aprendida (o, por mejor decir, inducida a través de los poderosos imaginarios dominantes que transmiten las industrias culturales transnacionales, desde Disney a los grandes grupos mediáticos), comienzan a brotar, todavía atomizados por la diversidad de causas para la disidencia y la resistencia,  algunos interrogantes sobre el “nuevo sentido del humanismo” en un mundo que, mientras se hace digital y virtual extiendiendo sus redes físicas de intercomucnicación, va paralela y paradójicamente segregando cada día a más sujetos expulsados de lo que podríamos llamar el primer analogado de la humanidad globalizada (el homo digitalis), a la vez que crea nuevas formas psicosociales (léase patológicas)  de incomunicación. Enfrentarse a esto, desde luego, exige algo más que debates en las plazas públicas o supuestos “asaltos a los cielos institucionales” que, al final, sólo sirven para legitimar lo que hay, exige partir de una concepción crítica de realidad crítica (y, por ello, tan compleja como la realidad misma) y de cómo podemos construirla, acercarnos colectivamente a ella… Si eso (en el fondo, una ontología y una epistemología) las formas de actuar de cada cual se tornan en mero voluntarismo y la evolución de las organizaciones sociales responderán a los meros intereses de quienes tienen el poder real (y la fuerza) por mucho que lo envuelvan en retóricas más o menos edulcoradas… Es decir, no hay una verdadera ética ni una verdadera política sin un marco ontológico y epistemológico previo que las ilumine… Porque, además, cuando actuamos siempre lo hacemos necesariamente guiados por una idea de mundo y por intuiciones más o menos precisas de cómo podemos conocer su realidad, de tal modo que, cuanto menor sea la reflexión explícita y el debate sobre ello, cuanto más implícitamente funcione ese telón de fondo, más posibilidades habrá de que se torne en pura metafísica… Es decir en ideas de mundo resultado procesos inmediatos de aprehensión como un todo (ya impliquen estos un supuesto yo interior, en una suerte de introspección transcendente, o un supuesto ente suprramundano, en una suerte de iluminación divina) sin otros conocimientos mediadores, como la ciencia o la tecnología… Sin ontología y epistemología, no es posible una filosofía práctica, ética y política; como, sin conocimientos de primer grado que permitan construir esa ontología y esa epirstemología, no hay verdadera filosofía, sino mera metafísica que, por su carácter inmediato e indubitable, fácilmente puede derivar hacia posiciones práctica tendentes al fundamentalismo.
Resultado de imagen de Forges sobre la FilosofíaAsí que cuando se dice, decimos, que Gustavo Bueno es el último gran filósofo en el sentido de que ha construido el último gran sistema de filosofía,  no estamos diciendo sólo que tiene una ontología (materialismo filosófico) y una epistemología (cierre categorial) fuertes que derivan necesariamente propuestas éticas y políticas de filosofía práctica… Estamos diciendo, de hecho, que, en estos tiempos en los que desde la propia Academia filosófica se desprecia lo ontológico y se relativiza lo epistemológico,  Gustavo Bueno elabora la última verdadera filosofía (lo que en ningún caso, como él mismo señaló hasta la saciedad, supone garantía de filosofía verdadera –esto, de paso, queda patente y paradójicamente demostrado en su deriva final de publicaciones de dirección intencional dudosa y seriamente teñidas por perspectivas ideológicas-)… Una filosofía verdadera que, por supuesto, implica la reflexión sobre el qué, el por qué, el para qué, el cómo, el dónde y el cuándo de la propia disciplina, desde su primera publicación, en polémica con Manuel Sacristán, El papel de la filosofía en el conjunto del saber (1971) hasta otras más recientes, como ¿Qué es la filosofía? (1995)…
Resultado de imagen de Forges sobre la FilosofíaY, en fin, el qué, el por qué, el para qué, el cómo, el dónde y el cuándo de la filosofía, significa, de hecho, un retorno a sus orígenes de saber de segundo grado (que necesita otros saberes de primer grado como mediación en su acceso a la realidad), crítico y totalizador, para seguir buscando, con afán la verdad en estos tiempos difíciles... Renovando el “¡atrévete a saber!” del humanismo ilustrado desde la crítica a su pretensión de verdad absoluta aportada por tantas filosofía de la sospecha… Para posibilitar la constancia y el valor de una actitud filosófica ante los embates de la vida y de la muerte.
Resultado de imagen de Forges sobre la Filosofía Pero la hora es la que es y no podemos conformarnos el mero diagnóstico, debemos (filosofía práctica) intentar atisbar siquiera algunas esas respuestas de resistencia, disidencia y reconstrucción: ¿cómo reelaborar un pensamiento crítico capar de enfrentarse a esa dictadura de lo banal capaz de diversificar y extender sin límites las formas de sumisión simbólicas y reales?... ¿Cómo tornar, en suma (y frente a tantos que desde tertulias o cátedras pervierten y prostituyen la filosofía), “la funesta manía de pensar” en “un arma cargada de futuro” (que diría Pablo Milanés)?..
Resultado de imagen de Forges sobre la FilosofíaTodo ello será introducido, en sus aspectos conceptuales y básicos, por el propio coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro, que, como siempre, facilitará a las personas participantes un dossier de elaboración propia con documentación sobre el tema abordado, incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, artículos e informaciones de interés, chistes, etc..  Y a su desarrollo se incorporarán las aportaciones de Silverio Sánchez Corredera, Catedrático de Filosofía del IES “Emilio Alarcos” de Gijón, recién jubilado, Patrono de la Fundación Foro Jovellanos y autor de la tesis doctoral Ëtica, Política y Moral en Jovellanos, desde la perspectiva del materialismo filosófico (Universidad de Oviedo, 2003), reelaborada en el libro Jovellanos y el Jovellanismo, una perspectiva filosófica (Oviedo, Pentalfa, 2004), que, entre multitud de publicaciones de divulgación filosófica, tiene la biografía filosófica de Jovellanos adaptada al cómic (con dibujos de Mila García Pérez) en Jovellanos a la luz de Felinus... un gato filósofo  (Oviedo, Eikasía, 2011), gato que ya nos había intentado introducir en la propia Historia de la Filosofía (Felinus: Historia de la Filosofía I.Filosofía Antigua -Oviedo, Eikasía, 2010-).

Resultado de imagen de Forges sobre la FilosofíaTras sus intervenciones (e, incluso, durante las mismas) habrá un debate general entre todas las personas presentes (recordamos que, en relación con este Foro se habrá proyectado ya, el miércoles, 23 de Noviembre, en el Cine-Forum “Imágenes para pensar”, la película Irrational Man, 2015, de Woody Allen. La sesión, se celebra en relación con el Día Mundial de la Filosofía  (Tercer jueves, 17 de Noviembre) y en homenaje al recientemente fallecido Gustavo Bueno Martínez (Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, 1 de septiembre de 1924- Niembro, Llanes, Asturias, 7 de agosto de 2016), figura clave en la formación de ambos ponentes. Tendrá lugar en el Aula 3 (Segunda Planta), con asistencia libre.

lunes, 24 de octubre de 2016

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO CONTINÚA LA PROGRAMACIÓN PARA EL TERCER CUATRIMESTRE DE 2016 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (25 DE OCTUBRE) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE LA FILOSOFÍA ANTE LAS CIUDADES AQUÍ Y AHORA (DEL ESPACIO URBANO COMO ÁMBITO Y OBJETO DE REFLEXIÓN)




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El Martes, 25 de Octubre de 2016, a las 19’30 horas,  en el Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), se desarrollará la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” que, como continuación de la Programación del tercer cuatrimestre, an kbordará el tema «La filosofía ante las ciudades aquí y ahora: Del espacio urbano como ámbito y objeto de reflexión». La sesión se plantea como reflexión general y concreta que parte del hecho histórico de que la propia filosofía tiene un origen inequívocamente urbano, preparado, entre el siglo VI y el IV a.N.E.,  en las colonias griegas de la Jonia y de la Magna Grecia, que seguían el modelo organizativo de la polis helénica, y “oficializado” en la Atenas del siglo IV a.N.E., momento a partir del cual su momento teórico (totalizador) exige la derivación de un momento práctico (particularizador) que incluirá una reflexión sobre la propia polis tanto en sus aspectos más ligados a las relaciones humanos de convivencia (civitas o la ciudad como unidad administrativa de la ciudadanía) como a los físicos y arquitectónicos (urbs o la ciudad como espacio construido). La ciudad es, probablemente, la realidad humana (y también filosófica) por excelencia: la filosofía, como acabamos de decir, nació y sólo pudo nacer en ella. Sin embargo, los imprescindibles enfoques categoriales (desde la arqueología al urbanismo, pasando por la sociología o la arquitectura) que pretenden constituir y agotar todo el conocimiento posible sobre la ciudad, resultan insuficientes para dar cuenta de “la ciudad como un todo” (o sea, de la idea misma de ciudad), por lo que la crítica a esos enfoques y sus pretensión de convertir la suma de sus aproximaciones parciales a la ciudad en un conocimiento completo, es ya una crítica filosófica de sus límites epistemológicos. O, dicho de otro modo, una verdadera teoría de la ciudad sólo puede ser una teoría filosófica. Y, así, debe contemplar (véase, por ejemplo, “Teoría general de la ciudad” de Gustavo Bueno, en G. Bueno, A. Hidalgo y C. Iglesias: Symploké, 1989: 335-342) su origen (como confluencia, en un vórtice permanente de flujos humanos continuos que, procedentes del exterior, se cruzan y alcanzan en un momento histórico una masa crítica, el núcleo de la ciudad, que abrirá un momento de segregación también permanente de fragmentos de flujos que derivan hacia la periferia, la “no ciudad”, u otros vórtices) y evolución (de una ciudad absoluta, autorreferente y autónoma, a una ciudad enclasada, definida por relación con otras ciudades, hacia las que podrá desarrollar vínculos hegemónicos, ciudad imperial, o simétricos dentro de una unidad superior, ciudad nacional, cuyas evoluciones extremas, pasando por la cosmópolis, serían la desaparición por corrupción o la disolución en una ciudad planetaria única y ubicua).                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            
Resultado de imagen de El Roto sobre urbanismoEn cualquier caso, el vórtice permanente se configura el presente desde un multiculturalismo migratorio creciente, tanto en procesos intraestatales de abandono masivo del medio rural (la no ciudad) para asentar precariamente esas poblaciones en las grandes urbes (también en el Sur), como interestatales de abandono masivo de los países económicamente más subdesarrollados y desarrollantes (el llamado Sur) para acceder en condiciones de gran vulnerabilidad a los centros urbanos de los países económicamente desarrollados y subdesarrollantes (el llamado Norte)… En efecto, ese Norte, se convierte en un foco de atracción irresistible (fuertemente mediado por por el “espejismo” que pergeñan los nuevos mass media globalizados) para millones de seres humanos que apenas pueden sobrevivir precariamente en su Sur de origen… Esta migración económica, unida al propio carácter plurinacional y poliétnico de la constitución de los Estados-nación contemporáneos, convierte las ciudades del presente en un abigarrado muestrario de diversidad humana, en un ámbito radicalmente multicultural… Pero una diversidad humana que forzada a asumir unas condiciones de desigualdad (económica, de aceso al bienestar, también espaciales en nuestras urbes) insoportables que la dichosa crisis económica, lejos de los alientos iniciales de cambios en un sistema (el capitalismo globalizador) con inevitables tendencias especulativas (catapultadas por la llamada revolución de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación hacia una perversa financiarización de la economía mundial), parece claro que será pagada, una vez más y de forma más escandalosa que nunca, por quienes nada han tenido que ver en su generación... Los países económicamente desarrollados (y subdesarrollantes) del llamado Norte, mal que bien, atisban una salida afincada sobre las subvención de los grandes intereses económicos con dinero público, mientras los países económicamente subdesarrollados (y desarrollantes) del llamado Sur ven como se alejan hasta las menguadas esperanzas contenidas en los Objetivos del Milenio… Es la contradicción entre una ciudad de los pobres (difusa y violenta en sus estructura y límites) y la ciudad de los ricos (precisa y tranquila) de las que habla el urbanista Bernardo Secchi (La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres, 2015) Evidentemente, enfrentarse a este mundo postmoderno del “¡sálvese quien pueda!” plantea algunas cuestiones radicales: ¿Cómo garantizar entonces, hoy, aquí y ahora, el sostenimiento de la cohesión social indispensable para una buena y próspera convivencia en nuestras ciudades?, ¿cómo asumir, desde las “ciudades receptoras”, la diferencia normativa, radical en tantas ocasiones, sin renunciar a la esencia misma de su pluralismo constitutivo?. ¿Cómo asumir, por los “territorios emisores”, la frustración de sus aspiraciones y esperanzas en una perpetuación de la misera relativa (y hasta absoluta)?...
Y, sin embargo, entre las poblaciones más bien pensantes de quienes gozan de todos los derechos florecen los discursos mediáticos que fundan, consolidan y extienden un “imaginario de la no ciudad” ligado a una poética de la vida buena: llena de libertad, disposición absoluta del propio tiempo, relación respetuosa y enriquecedora con la naturaleza y los iguales....
Resultado de imagen de El Roto sobre urbanismoPero, claro, raros son los paladines de esos imaginarios poéticos dispuestos, salvo por imperiosa necesidad (económica) personal o colectiva, a trasladarse a los lugares donde el “disfrute de tantas ventajas” es forzoso… Acaso, entre otras razones, porque es estadísticamente forzoso también hacerlo durante una vida breve y pródiga en penurias. Y, así, la vivencia de un multiculturalismo teritorial y geográfico cada vez más residual (rural/urbano, secano/humedales, aislamiento/hipercomunicación, periferia/centro,...) se torna en verdadera desigualdad y segregación espacial ante las presiones homogeneizadoras de nuestras ciudades, sea incapaces aquí y ahora de someter a crítica los diversos tratamientos y propuestas políticas de transformación del territorio que suponen, de hecho, procesos personales y colectivos de pérdida de identidad, extrañamiento y, en general, exclusión…  Así ocurre, por poner un ejemplo muy patente, la pérdida de la mitad de los humedales existentes en Expaña durante el siglo XX (lo que, unido a una deforestación especulativa para “urbanizar el bosque”, lleva a la progresiva desertificación del territorio) tratará de paliarse “políticamente” mediante la inmersión (y desaparición) de cientos de pueblos en embalses y pantanos artificiales que llevan al extrañamiento de decenas de miles de personas y al riesgo de desaparición de formas de vida bien integradas en el antiguo territorio (extrañamiento forzado y un verdadero etnicidio que refleja vívida y hermosamente la novela Distintas formas de mirar el agua (2015).de Julio Llamazares, recordando su nacimiento en Vegamián, pueblo sumergido en el pantano del Porma en 1963. En suma, la pérdida de diversidad etnológica se ha convertido ya en una de las paradójicas constantes culturales en nuestras “ciudades multiculturales de progreso”, en las que cada día desaparecen (o son relegadas a lo marginal, a la periferia del mundo, a la no ciudad, a la condición de “cultura en peligro extinción”) más y más formas de vida ligadas al equilibrio del ser humano con la naturaleza para ser violentamente sustituidas (tras abruptos cambios del paisaje y sus usos por un sistema de explotación y consumo depredador de recursos naturales y humanos)  sólo por las costumbres que tengan cabida en el gran mercado global por ser susceptibles de negocio.
Resultado de imagen de Forges sobre urbanismoEsas abruptas transformaciones del paisaje (ese “llevar el  río al desierto y traer el desierto al río” del que sarcásticamente habla El Roto) que determina la presión hacia una ciudad planetaria homogeneizadora, no sólo agreden irreversiblemente la naturaleza (bajo formas de deforestación, desertificación, o perdida de biodiversidad) sino que también suponen una pérdida neta de etnodiversidad como evidente síntoma de riqueza cultural (una sociedad y una ciudad son indudablemente más rica, y está mejor preparada para enfrentarse a sus retos, cuanto mayor sea la diversidad de formas de vida capaces de convivir que atesoran)... Y de ahí que resulte tan urgente un análisis crítico las actividades humanas que, en su acelerada demanda de materias primas y energía, en su galopante acumulación de residuos biodestructores, en su creciente enfoque meramente especulativo del territorio, la ponen en grave riesgo en nombre de un “progreso” que, sólo para unos pocos, se traduce en rendimiento económico inmediato, a costa de la aculturación de colectivos enteros (tratados en realidad como simples excedentes humanos), y la usurpación de recursos (irrecuperables, en muchos casos) a la humanidad del presente (y a todas las generaciones futuras) en todo el planeta.
Resultado de imagen de El Roto sobre urbanismoEn efecto, la relevancia de la etnodiversidad no radica sólo (ni fundamentalmente) en sus aspectos culturales, sino también (y, acaso, sobre todo) a la capacidad especifica de la propia humanidad para enfrentarse a su supervivencia a largo plazo, y en buena medida el éxito de las ciudades deriva de su capacidad para concentrar recursos que la maximizan… Y cierto es que la propia dinámica evolutiva hace que “naturalmente” (en relación con el medio y sus cambios más o menos drásticos) estén desapareciendo de continuo unas especies y apareciendo otras; pero la actividad humana (desde las deforestaciones o la depredación abusiva hasta la transformación de territorios en ciudades ecológicamente insostenibles e inssustentables o la emisión de gases que deriva en el calentamiento global) acelera drásticamente los cambios en numerosos habitat hasta poner en grave riesgo los seres vivos que los pueblan (hasta poner en riesgo colectivos específicos de la especie humana y, en el límite, a ella misma como tal). En suma, intervenciones que cuestionan severamente la propia relación del ser humano con el resto de los seres vivos (tal y como ya señalaba, en 1854, Seattle, Jefe de las tribus suquamish y duwamish), poniendo en peligro la propia supervivencia… Y el proceso de urbanización acelerada del palneta es una de ellas; porque los problemas de la ciudad presente (de esa urbanización global en definitiva) se multiplican: especulación inmobiliaria que destruye cualquier atisbo de realización del derecho universal a una vivienda digna (véase, por ejemplo, Inurrieta, A.- Irigoien, E.- Murgui, N. y Naredo, J.M.: Qué hacemos con la vivienda, 2013); verdadero núcleo del desarrollo de las contradicciones del capitalismo que, paradójicamente, puede alentar las únicas esperanzas de rebeldía y los únicos alientos utópicos en relación con la recuperación de la voz ciudadana (ver, por ejemplo, Harvey, D.: Ciudades rebeldes. El derecho de la ciudad a la revolución urbana, 2013), aunque sea objeto aquí y ahora de una patrimonialización mercantilista del espacio público urbano en aras de un mayor control social tal y como lo muestran las normativas municipales sobre convivencia al uso (ver, por ejemplo, GEA “La Corrala”: ¿Por qué no nos dejan hacer en la calle?. Prácticas de control social y privatización de los espacios en la ciudad capitalista, 2013), para lo que tan útil resulta la gestión del miedo derivado de los conflictos por la desigualdad y la “injusticia espacial” en nuestras ciudades  como instrumento de control urbano (ver, por ejemplo, Davis, M.: Control urbano: la ecología del miedo, 2001), en paralelo a la proliferación de redes glogales de ciudades por encima del Estado-nación (ver, por ejemplo, Sassen, S.: Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circutios transfronterizos,  2003). Pergeñar, pues, una teoría de la ciudad es imprescindible para enfrentarnos racionalmente a tales cuestiones… Porque, ¿quiénes se preocupan hoy, aquí y ahora, por escuchar, extender, actualizar y dar sentido crítico a las viejas reflexiones del Jefe Seattle?, ¿quiénes se muestran dispuestos a exigir que las actividades humanas favorezcan la biodiversidad y la etonodiversidad en lugar de destruirlas?.. ¿Quiénes, en suma, pueden y quieren dar el paso hacia una neva ciudadanía global y responsable que anteponga la razón humana (universal y diacrónica, pero local y concreta) a los intereses coyunturales del beneficio inmediato para unos pocos?, ¿quiénes están realmente dispuesto a favorecer ciudades más amables y habitables frente a la mera especulación?... Y, ¿cómo hacerlo?.
Porque en la insoportable desigualdad en el acceso a la riqueza, el binestar y hasta el espacio que caracteriza nuestro presente, no podemos conformarnos ya con una forma de lánguida queja; de vacua asunción del análisis crítico de los grandes discursos del “buenismo bienintencionado”, desde los hermosos manifiestos como Lo pequeño es hermoso, 1973, de Ernst Friedrich Schumacher hasta los rimbombantes Objetivos del Milenio auspiciados por Naciones Unidas… Se trata, ni más ni menos, que de pergeñar las líneas de fuerza (ideas, políticas, acciones colectivas y comportamientos individuales) más coherentes con una verdadera ciudadanía planetaria y con una ciudad acogedora para todos... Porque, ¿cómo avanzar hacia las verdaderas condiciones de posibilidad de una erradicación universal de la desigualdad injusta como prioridad sin menguas ni aplazamientos, sin aproximarnos a ese concepto?.
Resultado de imagen de Forges sobre urbanismoTodo ello será introducido, en sus aspectos conceptuales y básicos, y desarrollado problemáticamente por el propio coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro, que, como siempre, facilitará a las personas participantes un dossier de elaboración propia con documentación sobre el tema abordado, incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, artículos e informaciones de interés, chistes, etc..
Resultado de imagen de El Roto sobre urbanismoTras su intervención (e, incluso, durante la misma) habrá un debate general entre todas las personas presentes (recordamos que, en relación con este Foro se habrá proyectado ya, el miércoles, 19 de Octubre, en el Cine-Forum “Imágenes para pensar”, la película Good Bye, Lenin!, 2003, de Wolfgang Becker. La sesión, celebrada en relación con el Día Internacional de las Ciudades (31 de Octubre),  tendrá lugar en el Aula 3 (Segunda Planta), con asistencia libre.