lunes, 24 de noviembre de 2014

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO PROSIGUE LA PROGRAMACIÓN DEL TERCER CUATRIMESTRE DE 2014 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (25 DE NOVIEMBRE) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE LA FILOSOFÍA ANTE LA TOLERANCIA SUMISA CON LO QUE PASA AQUÍ Y AHORA (¿CIUDADANÍA SILENTE EN ESTE “TEATRO DE SOMBRAS”?)



 
El Martes, 25 de Noviembre de 2014, a las 19’30 horas,  en el Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), se desarrollará la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” en la que se abordará el tema«La filosofía ante la tolera ncia sumisa con lo que pasa aquí y ahora: ¿Ciudadanía silente en este “teatro de sombras”?». La sesión se plantea como reflexión general y concreta a partir de la vivencia inequívoca, aireada por todos los medios de comunicación social y presente en todas las instituciones de la sociedad (desde los organismos del Estado a las empresas, pasando por partidos políticos, sindicatos, organizaciones del tercer sector, etc.), de un nauseabundo y ya insoportable “ambiente de corrupción política” que pone en solfa y bajo sospecha, ante la ciudadanía, toda dedicación voluntaria a los asuntos públicos (hasta convertir, por ejemplo, a todo concejal de Urbanismo en probable corrupto; o, en general, a las propias personas que a ellos se dedican en el “tercer problema fundamental del país”, según recogen desde hace mucho tiempo las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas)… En efecto, a cualquier lado que miremos, la corrupción política (especialmente en los asuntos que imponen una concurrencia público-privada) parece crecer cual mala hierba que impide todo atisbo de cosecha democráticaLo público se pone, sin gran rubor, al servicio de los intereses privados destrozando paisajes, mutando leyes cuando es menester, diezmando recursos físicos y humanos, empobreciendo pueblos y medios naturales… Y, con frecuencia sonrojante, esa estela de destrucción pública (la peor de las corrupciones) va creciendo mediante pagos inconfesables que llenas los bolsillos y vacían las conciencias de las personas(¿?) que han asumido, voluntaria y formalmente, la misión velar por el bien común... Porque, ¿qué democracia es ésta en la que los grandes especuladores son “premiados” por los poderes públicos (cada día con menos poder real) para compensar los descalabros de sus ambiciones con el dinero de todos?, ¿qué democracia es ésta en la que el poder real va ejerciéndose (cada día con menos tapujos) por los consejos de administración de las grandes corporaciones económicas, totalmente ajenas a cualquier atisbo de control popular?, ¿qué democracia es ésta en la que los beneficios acumulados en los ciclos de bonanza económica revierten en los amos del mundo, mientras las menguas económicas de las crisis las pagan sus nuevos esclavos (o sea, todos)?, ¿qué democracia es ésta en la que la creciente desafección política (patente en la indiferencia política de la juventud, en una abstención creciente y frecuentemente mayoritaria, en la situación de la casta política como tercer gran problema del país en las encuestas, etc.) no logra ni tan siquiera obstaculizar un poco, o hacer que por lo menos se disimule, la obscena y onerosa dramaturgia de unas instituciones políticas obsoletas, nada representativas y totalmente inútiles, que viven inmersas en un juego de apariencias al servicio directo de los poderosos (a los que llaman, eufemísticamente, mercados)?, ¿qué democracia es ésta que hace de la corrupción el combustible y el lubricante necesarios para que funcionen sus propios engranajes?...
Y, mientras, una ciudadanía atónita, más allá de los mínimos gestos de desaprobación y las protestas simbólicas, permanece silente ante el gran “teatro de sombras” que ahora descubre bajo los oropeles de esas instituciones “democráticas” que algún día consideró (civilmente) más sagradas, lúgubre develamiento que contribuyera decisivamente a situar ante nuestra mirada el  llamado movimiento de indignados al hacer visibles las limitaciones en el contenido material de las estructuras que articulan los derechos humanos de primera generación, los referidos a la participación política.
¿Puede ser esa tolerancia sumisa la respuesta definitiva, posible y aceptable ante lo que pasa?... ¿Cómo puede hoy, aquí y ahora (mientras las cárceles han de abrirse cada mes para decenas de corruptos –ante el más que probable asombro de la “pequeña delincuencia” que siempre las llenaba-), el pensamiento crítico enfrentarse a esas prácticas políticas corruptas legitimadas por el multiforme eco del discurso único de la democracia elitista?.
No son éstas, desde luego, cuestiones de fácil respuesta… Pero es un reto ineludible (aunque la “intelectualidad integrada” lo eluda continuamente con actos de omisión vergonzantes) para una filosofía política del presente: ¿se puede sostener un espectáculo democrático vacío de poder como cortina de humo protectora del juego de intereses de los verdaderos dueños del mundo?... ¿Se debe aceptar, en suma, que “lo público” se vaya reduciendo cada vez más al sostenimiento de unas élites políticas que, lejos de representar al pueblo (o, tan siquiera, a sus votantes),  actúan como casta que se autorreproduce al servicio del poder económico (que, de formas a menudo poco confesables, les prima)?... O, dicho de otra forma, ¿cómo traducir la desafección política generalizada en impulso hacia otra concepción de la gestión pública, hacia una participación efectiva, constante y exigente de cada cual en lo que son asuntos de todos?... ¿Cómo renovar, en suma, el anhelo que, en una situación similar (que culminó con la condena y muerte de Sócrates), llevó precisamente al viejo Platón (según confiesa en su Carta VII) a “fundar” la filosofía?.
Todo ello será introducido, en sus aspectos conceptuales y problemáticos básicos, y desarrollado problemáticamente por el propio coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro que, como siempre, facilitará a las personas participantes un dossier, de elaboración por propia, con documentación sobre el tema abordado, incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, artículos e informaciones de interés, chistes, etc..
Tras su intervención (e, incluso, durante la misma) habrá un debate general entre todas las personas presentes (recordamos que, en relación con este Foro se ha proyectado ya, el miércoles, 19 de Noviembre, en el Cine-Forum “Imágenes para pensar”, la película Michael Clayton, 2007, de Tony Gilroy. La sesión, celebrada en relación con el Día Internacional de la Tolerancia (16 de Noviembre),  tendrá lugar en el Aula 3 (Segunda Planta), con asistencia libre.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

JUEVES 20, 19:00 h. Primera sesión del Café Filosófico coordinado por Nacho Fernández del Castro en el Espacio Cultural LA MANZORGA



 
Primer sorbo (20 de Noviembre de 2014, 19’00 horas)
¿PARA QUÉ SIRVE, AQUÍ Y AHORA, LA FILOSOFÍA?

“La filosofía es el mundo al revés.” (Georg Wilhelm Friedrich Hegel)
 “La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor filosofan sus hombres.” (René Descartes)
 “La filosofía es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia por el lenguaje.”  (Ludwig Vittgenstein)

"¿Qué te ríes, filósofo cornudo?
¿Qué sollozas, filósofo anegado?
Sólo cumples, con ser recién casado
como el otro cabrón, recién viudo."   
(Francisco de Quevedo, Parnaso español, soneto CDXXXII a.)
“También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta.” (Antonio Machado)
 “Lástima de aquellos que menosprecien la filosofía pues nunca transformarán el mundo.” (Ana María López Bermúdez)
 “Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está -esto es, debe conocer su propia naturaleza (incluyendo sus medios de conocimiento) y la naturaleza del universo en el cual actúa- esto es, necesita metafísica, epistemología y ética, lo cual significa filosofía. No puede escapar de esta necesidad, su única alternativa es que la filosofía que guía su vida sea escogida por su mente o por la casualidad.” (Ayn Rand, Philosophy: Who needs it)